“Sin Bomberos no me imagino mi vida”

“Sin Bomberos no me imagino mi vida”

25/02/2025 - Soledad Sardón cumplió sus veinticinco años en el cuerpo de Bomberos Voluntarios de Bolívar. Marcó un hito siendo la primera mujer en ingresar al servicio. Habla de la necesidad de ayudar, de su lugar como mujer, de los cambios en la actividad en la que “los lugares donde vamos, la gente huye”, como definición de espíritu.

Soledad Sardón hace 26 años que forma parte del cuerpo activo de Bomberos Voluntarios. La decisión de integrarse a Bomberos estuvo relacionada con una cuestión familiar, según ella misma contó, “mi papá estuvo siempre ligado a la Comisión Directiva de la institución y mi mamá, ayudaba en el kisoco de la Sociedad Rural, haciendo tortas, por el que estábamos muy allegados”.

A su conexión familiar con la institución, también se sumó el “interés en saber cómo de desarrollaba internamente el cuartel y siempre con la premisa de poder ayudar. Cuando se tienen las ganas de ayudar, siempre aprendes a cómo hacerlo”, agregó.

Soledad, ingresó al cuerpo activo en el año 1999, aunque lo curioso del caso es que no iba a quedar a pesar de hacer el curso de formación porque, en ese momento, no había infraestructura. “A fin de ese mismo año, me comunicaron que quedaba y que primeramente me iba a cambiar junto a los chicos del cuerpo, aunque después terminé en un baño del fondo, luego en otro lugar hasta que, en el año 2002, hicieron un vestuario de mujeres y también, se empezaron a sumar más chicas”, recordó. Y al mismo tiempo, añadió que “si bien era raro, yo era una más junto con los chicos porque no había diferencias, por lo menos, nunca sentí que pasara lo contrario. Después, cuando empezás a salir a otros cuarteles ves que había mucha más cantidad de mujeres y con más antigüedad que yo, por eso, no sé si hasta en la región fui pionera porque creo que ya había antes que yo en algún cuartel de la zona; pero acá en Bolívar fui la primera”.

Sobre esa cuestión instintiva de asociar ciertos trabajos o lugares a los hombres, como policía o bomberos, con el paso de los años, esa idea ha ido mutando, “quizá, en su momento, a los que más les costó fue a los bomberos que llevaban más años en el cuartel; pero para mis compañeros de ingreso yo era una más, íbamos a capacitaciones o a algún otro lugar todos juntos, nunca noté diferencias. Sí, por ahí,  

lo noté con los bomberos de mayor antigüedad, porque por ahí había chistes que no podían hacer o lo hacían de otra forma viendo o esperando una reacción por la cuestión del tabú de la mujer sobre lo que no se puede hablar, algo que después se dejó de hacer”.

En la actualidad y con relación al ingreso de mujeres a los cuarteles, Soledad expresó que “sigue siendo un tema complejo y no muchos cuarteles lo entienden de la manera que lo entendemos nosotros y está buenísimo que se sumen mujeres porque podemos hacer el trabajo de cualquier varón, por supuesto que por un tema físico, tenemos menos fuerza o no, porque hay chicas que se desempeñan con la misma agilidad del varón; pero está entendido que las mujeres tenemos menos fuerza; pero también, tenemos otras cualidades que quizá el varón no las tiene y, al momento de trabajar, se nota bastante”.

Cuando empezó a hacer el curso y se sumó al cuerpo activo, Soledad notó que era lo que pensó en su momento y nada la sorprendió. “No puedo creer estar en mis 25 años de servicio porque se pasó muy rápido y Bomberos es lo que yo pensaba y mucho más. Me dio mucho más bomberos de lo que yo le pude haber dado, colmó mis expectativas y sin bomberos no me imagino mi vida. La gente por ahí no lo entiende porque no forma parte de esto, somos un grupo de locos como yo le llamo, que de los lugares donde vamos, la gente huye, entonces es muy raro el trabajo que hacemos y la mentalidad que hay que tener”.

Desde la época que se sumó Soledad al cuerpo, las cosas han cambiado y mucho y en todo sentido. “La modernización y tecnificación nos ha dado un montón de adelantos, desde lo que son hoy los autobombas, las herramientas, la tecnología del vehículo que parecen naves espaciales; cuando antes los autobombas eran más simples y rústicos, aunque era espectaculares”.

También “la vestimenta y la seguridad, que cambió mucho. Antes, todos íbamos más al frente de otra manera, ahora la seguridad la tenemos muy presente todos. En el aspecto de la comunicación se progresó mucho, en las capacitaciones donde cada vez se van viendo cosas más modernas, todo ha cambiado mucho para mejor”.

En este punto de los cambios, Soledad destacó el cambio generacional y expresó que “las generaciones de hoy en día no son iguales que las nuestras. A nosotros nos daban un mandato y nos quedábamos con eso, ahora te cuestionan, preguntan y eso está bueno”.

Soledad es madre de tres niños: Ramiro, de 23 años; Victoria de 21 años y Nacho de 13 años. Al ser consultada sobre si le gustaría que alguien siguiera el camino que inició ella, respondió que “no sé, aunque creo que interiormente sí quisiera que alguno siguiera este camino; pero también es algo que no lo tengo presente o lo pensaría para el futuro. Lo que sí estoy super tranquila con lo que le he dejado respecto a la solidaridad, al pensar en el otro, a mirar para el costado y no ser indiferente, todas enseñanzas que te da bomberos y que son valores para destacar. Y eso lo tengo bien claro que sí se los he transmitido a mis hijos. No sé si el camino de algunos de ellos es bomberos, quizá me gustaría; pero no es algo que lo tenga presente”, cerró.

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