Ser positiva en la adversidad
20/09/2024 - Diana Moya lo impone como virtud para atravesar su cáncer de útero. La mujer se apoya en una red de contención familiar y social, gran parte construida a partir de sus relatos sobre cómo enfrentar y pasar por una enfermedad que “se va a ir”.
Por Melina Gómez
Desde hace aproximadamente siete meses Diana Moya utiliza sus redes sociales para documentar su tratamiento y cómo atraviesa el cáncer de cuello de útero. La mujer encontró allí la forma de conectar con otras personas que pasan por situaciones similares y ofrece compartir su experiencia con quienes lo necesiten. Además, demuestra que desde el positivismo, la fe y la contención familiar, todo es más fácil.
Anteriormente, Diana usaba las redes para promocionar sus trabajos de piercing que hacía en el estudio Im Ink que tiene junto a su pareja que se dedica a tatuar. “Venía trabajando bien, de repente tuve que dejar de hacer piercing y empecé a postear en los estados de Instagram del trabajo, para que la gente entendiera por la situación que estaba pasando. Hay gente que no sabía que yo tenía cáncer de cuello de útero, ni siquiera sabía por lo que estaba pasando”, contó.
Hace siete meses se enteró de su enfermedad de forma repentina ya que no tenía síntomas más que el cansancio y el sueño. “Un día se me da por tocarme el cuello y empecé a notar dos bolitas que no estaban y que se iban haciendo cada vez más grandes”, dijo. Tras la consulta médica se decidió retirar el ganglio linfático inflamado y el análisis dio como resultado que eran células cancerígenas.
Luego de esa intervención, Diana tuvo un sangrado “como si fuera una hemorragia de periodo muy fuerte, muy grande, y no era normal, ya pasaba a ser grave”. En una consulta ginecológica se descubrió que la enfermedad estaba ubicada en el cuello del útero y que “el sangrado provenía del útero, porque esto provocó un descontrol hormonal”.
Seguidamente tenía que empezar un tratamiento y fue derivada a La Plata, donde corroboró que el cáncer se encontraba ubicado en el cuello del útero. Una vez que tuvo los resultados, inició los trámites para pedir la medicación correspondiente para comenzar la quimioterapia.
“Empezó el tratamiento y ya con la segunda quimio empecé a notar que el pelo se me caía. Eso fue más shockeante. Cuando me enteré que tenía cáncer de cuello de útero lloré mucho, tuve la contención de la familia, mi marido, mis hijos, pero lo acepté. Es un cáncer, está en el cuerpo, pero tengo mucha fe y sé que cuando termine las quimio se va a ir, no va a estar”, definió.
Diana se apoya en un grupo de WhatsApp que integran mujeres de distintos países, pacientes oncológicas, que se contactaron por TikTok. Frecuentemente organizan encuentros virtuales para compartir sus experiencias y “ahí vi que hay personas que la están pasando peor. La quimio me dejó neuropatía periférica que es la pérdida de movimientos de los pies, por suerte las piernas todavía no. Perdí sensibilidad en las manos y por eso tuve que dejar de trabajar”.
Sobre el tratamiento que realiza, detalló que es de dos veces por mes, 4 horas y media cada día. “Lo que puedo decir de la parte de Oncología del hospital es excelente, las enfermeras Sole y Carina son un amor. La doctora Cuyer lo mismo, no tengo nada para decir, me ayudan un montón en todo”, indicó.
Más adelante, se refirió a la dificultad que enfrentan las y los pacientes oncológicos al atravesar la enfermedad si no cuentan con una obra social. Si bien en su caso tiene Ioma, cada mes invierte $100.000 en medicación. Al respecto, marcó que “es muy estresante porque no sabés qué es lo que te cubre y qué es lo que no, pero me siento agradecida porque estoy bien. A veces me duele mucho, sufro con los dolores, pero siempre pienso en que no soy la única que está pasando por esto y me recuerdo a mí misma que hay personas que es conozco que la están pasando peor, que no tienen recursos como los que tengo yo”.
A su vez, Diana destacó que dentro de sus posibilidades lleva una vida normal y afirmó que “lo que está ahí adentro no es mío, se va a ir”. Anteriormente ella no era creyente y al conocer su enfermedad, “es increíble cómo te aferrás a un Dios que nunca creíste. Lo veo en hechos, darme cuenta de que las cosas buenas van pasando me pone muy contenta y es cuestión de fe. La fe es lo único que te lleva a salir, no estuve mal ni depresiva por el tema de mi enfermedad, es cuestión de aceptarlo, no hacerse problema, porque llorar, preocuparse, deprimirse, estar mal, es lo que hace peor al cuerpo, porque baja las defensas”.
En ese sentido, agregó que su objetivo es estar bien y ser positiva ya que “es lo más importante, nunca tiene que haber ningún pensamiento negativo porque eso influye mucho en las personas con cáncer”.
La mujer tiene un hijo de 23 años, una hija de 9 y su pareja, Fernando Iglesias que “es el pilar, mis ojos y mis piernas porque él hace todo. Pero aparte de eso, una tiene que ser el pilar también porque cuando uno cae que es normal porque somos humanos, el otro tiene que estar bien”.
A su vez, su mamá y su papá le brindan una importante contención y ayuda económica. “A veces no necesito decir que estoy sin un peso y ellos están, están ahí. Mi mamá viaja para estar conmigo en las quimios desde Hortensia, paga el remis ida y vuelta, es caro, pero ella lo hace para estar conmigo. Mi papá también, esperan y se van turnando quién entra un ratito conmigo para charlar. Es muy bueno que esté la familia siempre apoyando, porque hace bien”.
Además, recibe apoyo en sus posteos en las redes sociales, donde cuenta su día a día cuando asiste a la quimioterapia. “No lo puedo creer porque es algo privado y recibo mucho apoyo de la gente, mucha ayuda y estoy más que agradecida”, mencionó.
En el proceso de su enfermedad Diana prometió compartir su experiencia con otras personas, hablar y “llevar las palabras que yo aprendí, la palabra de Dios, mis creencias, mostrar que sí existe un Dios que no se ve, que no lo podemos tocar, pero siempre está, porque nunca nos va a soltar la mano y nunca nos va a dejar caer”.
Así, ofreció sus redes sociales @iminkbodypiercing y su número de WhatsApp 2314 576925, para que personas que estén pasando por un momento difícil de salud puedan contactarla y charlar, desahogarse. “Está bueno siempre tener un consejo de alguien que por ahí está pasando lo mismo. El proceso puede ser diferente, pero el cuerpo lo siente igual, nos sentimos igual”, sostuvo por último Diana.