Producción de alimentos y cambio climático
23/04/2024 - Los alimentos que consumimos y su forma de producirlos repercuten en la salud y el medio ambiente (ONU).
Según la ONU los alimentos que comemos y la forma en que los producimos repercuten en el medio ambiente y en la salud. En medio de polémicas, ha establecido que el caso de la producción de carne es uno de los que más impacto tiene.
La ONU reconoce la importancia como fuente de proteínas que tienen los productos animales y sus derivados, aunque señala que la producción y consumo se realiza a una escala que impacta negativamente en las personas y el planeta, tal como explica el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
Un documento de esa institución internacional publicado en diciembre de 2023 indica que se prevé que el consumo mundial de carne en 2050 sea aproximadamente un 50 % o más mayor que el actual. Y advierte que la ganadería insostenible es una de las principales causas de la pérdida de hábitat, la disminución de la biodiversidad y la degradación de la tierra.
Del estudio en mención pueden registrarse algunos datos de interés:
Los alimentos de origen animal generan las mayores emisiones
La cría de ganado emite casi la misma cantidad de carbono que todo el transporte combinado. Mientras digiere su comida, el ganado vacuno emite metano. De esa manera se considera que globalmente, “los sistemas alimentarios son responsables de cerca del 30 % de las emisiones antropogénicas actuales de gases de efecto invernadero (GEI) que impulsan el cambio climático”.
A lo anterior se agregan todas las emisiones de los productos de origen animal -incluida el uso de la tierra-, lo que sumaría el el 60 % de las emisiones relacionadas con la alimentación.
La PNUMA considera la emisión de metano del ganado bovino y ovino, más los residuos de ese ganado y los fertilizantes usados para alimentarlos (emisores de óxido nitroso).
Como informamos el mes pasado, la producción de carne se relaciona a la deforestación.
La revista científica Science ha publicado que aunque la carne y los lácteos generan el 18% de las calorías consumidas, utilizan el 83 % de las tierras de cultivo mundiales y son responsables del 60 % de las emisiones de gases de efecto invernadero de la agricultura.
Los alimentos de origen animal se vinculan a la disminución de la biodiversidad, producida por la pérdida de hábitat a causa del reemplazo de suelos naturales (como bosques) por la actividad agrícola. Esto hace que a causa del mercado, las razas ganaderas locales se ve amenazada por la creciente sustitución de unas pocas razas internacionales.
Pero la producción de productos cárnicos y de origen animal conlleva el pastoreo excesivo y el desmonte de tierras para la producción de cultivos forrajeros. Esto puede provocar la erosión y la degradación del suelo, agrega la misma fuente.
Mientras que los sistemas alimentarios ocupan la mitad de la tierra habitable (el 71 % de la superficie terrestre, sin incluir los glaciares y la tierra estéril), el 77 % de la tierra agrícola se utiliza para el sector ganadero. Agregando que “la carne de rumiantes como el vacuno y el ovino tiene una intensidad de uso de la tierra especialmente elevada.
La ganadería se relaciona con un elevado consumo de agua
La Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático también señala que “el sector ganadero consume aproximadamente un tercio de toda el agua dulce del planeta”. A ello se le ha de agregar que la producción de balanceados representa más del 40 % del uso total de agua en la agricultura. La huella hídrica por unidad de producto es mayor en los productos animales que en los cultivos.
Asimismo, cabe aclarar que el impacto ambiental de la producción de carne varía según el tipo, los modos y prácticas de producción.