PNUMA, las acciones de la ONU por el Medio Ambiente
15/12/2022 - "La restauración de los ecosistemas solo tendrá éxito si todos se unen al movimiento #GeneraciónRestauración."
En 1972, el 15 de diciembre, la ONU resolvió crear el Programa de las Naciones Unidas Para el Medio Ambiente (PNUMA), con sede en la ciudad de Nairobi (Kenia). El objetivo que tiene el mismo es el de “evaluar y determinar el estado del medio ambiente mundial”.
El cambio climático ya no es discusión -salvo para negacionistas-, y será cada vez más intenso si es que no reducimos las emisiones de gases de efecto invernadero.
El PNUMA dio a conocer el Informe de la Brecha de Adaptación 2022, por la que se evalúan los alcances globales de las medidas de adaptación realizadas para esa reducción al impacto negativo.
Del Informe se concluye que un 84% de las naciones participantes, algo han hecho, y priorizan a los grupos humanos más desfavorecidos. Pero, esas planificaciones, necesitan financiación, y ahí salta la distancia entre el dicho y el hecho, haciendo que la brecha siga agigantándose.
El ojo de las acciones se pone en la agricultura, agua, ecosistemas y los sectores intersectoriales. De no lograr un cambio radical, esas acciones serán superadas por el riesgo climático, dificultando aún más la remediación.
En 2022, PNUMA se concentra en la restauración de ecosistemas, puesto que son ellos los que enfrentan las amenazas globales. Anualmente el mundo pierde una superficie forestal equivalente al tamaño de Portugal. Los océanos son sobreexplotados en la pesca y la contaminación, fundamentalmente plásticos. Se cree que un millón de especies están en peligro de extinción ante la desaparición de sus hábitats y la contaminación.
Esa restauración es esencial para mantener el calentamiento global por debajo de los 2 °C y ayudar a las sociedades y a las economías a adaptarse al cambio climático. También es fundamental para la lucha contra el hambre: la restauración a través de la agrosilvicultura por sí sola tiene el potencial de aumentar la seguridad alimentaria de 1.300 millones de personas. Restaurar solo el 15% de las tierras convertidas podría reducir el riesgo de extinción de especies en un 60%.