Llevar buenas cuentas
22/04/2024 - La administración del emprendedor suele ser azarosa, limitada por los tiempos y los recursos. Tener una contabilidad eficiente necesita de algunas estrategias y consejos prácticos.
Todo emprendedor en un contexto como el argentino está caracterizado por la escasez de tiempo, la multiplicidad de tareas, la optimización de un dinero insuficiente y las tareas propiamente emprendedoras que hacen a nuestros negocios.
Hacer bien las cuentas es más que saludable, es extremadamente necesario para poder proyectar y llevar adelante aquello que queremos ofrecer al mercado. Sea el negocio que desarrolles, desde una pequeña PyME, un comercio o la prestación de servicios, siempre vamos a llevar un estado contable adecuado para permitirnos sobrevivir.
La contabilidad es el corazón financiero de cualquier empresa, independientemente de su tamaño, desde al almacén, al taller, seas costurera o tengas un show room. Para las pequeñas empresas, tener una gestión contable sólida es especialmente crucial, ya que de ello podemos definir el fracaso o el éxito de nuestro proyecto. Hay algunas cuestiones que debemos hacer, que han dado resultado y son altamente recomendables.
Siempre tener registros organizados: hay que llevar un registro financiero y organizado; idealmente sería tener un software contable, sino una simple hoja de cálculo (Ej. Excel) para poder anotar todas nuestras transacciones, ingresos, gastos, cuentas corrientes, que, si las agrupamos por categorías, podemos tener un fácil seguimiento y crear informes, que son los que nos ayudarán a tomar mejores decisiones.
Las finanzas comerciales no son personales: los pequeños empresarios caen en la tentación de llevar una caja común. No es así, ello genera confusión y nos hace más difícil el análisis de nuestros movimientos. Por ejemplo, puede ser muy útil tener una cuenta bancaria y una tarjeta de crédito exclusiva para nuestra actividad, ello hará más fácil el seguimiento y la gestión impositiva.
Hacer conciliaciones regulares: dijimos que corremos detrás del tiempo, a veces desorganizadamente, empujados por la urgencia y las necesidades. Podemos cometer errores, se nos puede cobrar algo indebido, razón por la que necesitamos hacer conciliaciones bancarias (y también internas) con cierta regularidad de manera de poder controlar nuestras transacciones.
Planificación tributaria: a nadie le gusta pagar impuestos, por ello debemos hacer una planificación fiscal, conocer los plazos, los requisitos que debemos cumplir, evaluar seriamente la contratación de un profesional contable, y hacer una reserva de dinero para poder afrontarlos. Esto evitará sobresaltos de caja y evitamos sorpresas en las liquidaciones.
Automatización de procesos: un sistema contable nos puede ahorrar tiempo, minimizar errores, facilitar la facturación, hacer un seguimiento de gastos e ingresos, dejando más tiempo para nuestra labor específica y poder enfocarnos en el crecimiento.
Un sistema de facturación nos agiliza la tarea, nos genera informes para poder recordar a nuestros clientes el pago, e incluso hacer estrategias por pagos tempranos. Igualmente, un software adecuado nos pude ayudar en el registro de gastos, pudiendo observar dónde podemos reducir costos, mejorar la rentabilidad y decidir.
Con esa información es posible obtener análisis financieros para ver el estado en el que se encuentra el emprendimiento, observar nuestros márgenes de ganancia, el efectivo proyectado, la liquidez con la que disponemos para decidir con información, realizando los ajustes que sean necesarios.
Hoy tenemos posibilidades de actualizarnos constantemente, tanto en lo específico de nuestra actividad como en lo referente a cuestiones legales e impositivas. Necesitamos estar actualizados sobre las actualizaciones legales, las normativas y aquellas decisiones gubernamentales que afectan nuestra actividad.
En definitiva, no podemos estar desinformados acerca de nosotros mismos, necesitamos información cierta para decidir con ella y optimizar nuestros propósitos comerciales.