Importancia de un diagnóstico precoz
18/01/2025 - La salud visual de en los niños puede depender de un diagnóstico temprano en los primeros meses de vida.
El sistema visual infantil se modifica por crecimiento y maduración permaneciendo maleable y modificable durante la primera década de vida, por este motivo es de vital importancia el manejo de la patología ocular en este período. Es muy poco frecuente que los niños manifiesten dificultades visuales a temprana edad, especialmente si la afección oftalmológica es de un solo ojo.
Los primeros meses de vida son de fundamental importancia para obtener una buena visión binocular (con ambos ojos) y de allí surge la necesidad de un diagnóstico precoz de las afecciones oculares pasibles de tratamiento oportuno, como es el ejemplo de la aparición de más casos de "Retinopatía del prematuro" producto del aumento de la tasa de supervivencia de nacimientos de estos niños, esto es debido a que la maduración y vascularización de la retina se completa entre el octavo y el noveno mes de gestación. Esta patología es una de las principales causas de ceguera en los niños.
Por esto se debe insistir en la realización de rutina de un examen oftalmológico en el recién nacido y en los controles periódicos de la Agudeza visual antes de los 5 años de vida. Aproximadamente el 24 % de los niños en edad preescolar presentan anormalidades que pueden causar alteraciones graves de visión como la "ambliopía” (visión inadecuada entre la normal y la ceguera sin alteración del fondo de ojo).
La Academia Americana de Oftalmología (AAO) recomienda los siguientes exámenes de rutina en los niños normales:
Recién nacido - 6 meses
- Reflejo rojo y corneal
- Inspección con fondo de ojo
Seis meses - 3 años
- Reflejo rojo y corneal
- Alineamiento ocular
- Fijación y seguimiento
- Inspección con fondo de ojo
+3 años
- Agudeza visual
- Estereopsis (visión binocular)
- Inspección con fondo de ojo
Esta rutina ayudaría a detectar las patologías oculares más frecuente: ej. vicios de refracción (miopía, hipermetropía y astigmatismo); estrabismo; infecciones extraoculares (conjuntivitis del recién nacido); obstrucción lagrimal; alteraciones de los párpados y aquellas que si bien no son frecuentes, su diagnóstico precoz reduciría la tasa de alteraciones visuales permanentes: Tumores intraoculares (Retinoblastoma); Cataratas congénitas; Glaucoma congénito; infecciones intraoculares (toxoplasmosis, toxocariasis); alteraciones retinales.
De esta manera se erradicarían viejas creencias populares como por ejemplo, niños con estrabismo (ojos desviados) desde los primeros meses o años de vida que no consultan al oculista porque les dicen que cuando vayan al colegio se van a mejorar y de esta manera se desaprovecha tiempo vital para el desarrollo visual.
La salud visual de nuestros niños depende de nosotros, sus padres, e inclusive de los profesionales de la salud que los asisten.