Hacia las ciudades de 15 minutos

Hacia las ciudades de 15 minutos

12/08/2024 - Las transformaciones urbanísticas del mundo obligan a pensar en ciudades mejor organizadas, donde se pueda acceder a la mayoría de las actividades en menos de un cuarto de hora.

Los problemas ambientales, económicos, el tiempo perdido en movilidad, y otros factores, obligan a los urbanistas a pensar en nuevas matrices a la hora de diseñar ciudades, o reorganizar las existentes.

Esas ciudades de 15 minutos implican un concepto urbanístico en el que se propone un acceso a todos los servicios esenciales de las personas, tales como las escuelas, supermercados, farmacias, trabajo y ocio, todo accesible a través del transporte público o la bicicleta. El concepto, nuevo e innovador, tuvo un empujón después de la pandemia. Con el mismo se procura reducir la dependencia de los automóviles, y por lo tanto del consumo de combustibles tradicionales, conllevando a una disminución en la emisión de gases. Todo ello llevaría a una mejora en la calidad de vida de los residentes y promover la sostenibilidad ambiental.

Al momento de la planificación, para el reemplazo del automóvil, se determina la importancia de las políticas gubernamentales que incentivan a la población al uso de otros transportes, como también el desarrollo de barrios transitables, el tamaño de las ciudades, edad promedio de la población (los más jóvenes suelen conducir menos) y los ingresos de los mismos. Los estudios realizados para tomar estas decisiones han visto que las poblaciones más ricas tienden a naturalizar el uso del automóvil, en las ciudades grandes su población tiende a ser más sedentaria o menos activa.

Las ciudades muestran lo que son sus sociedades, ponen a la luz las áreas más ricas, las desigualdades o injusticias sociales, la exclusión, las deficiencias en el tratamiento medioambiental, la ineficiencia de sus redes de transporte, etc. Para resolver la relación tamaño-distancia, en 2016 el profesor Carlos Moreno (La Sorbona, Francia) propuso esta idea de ciudad, la que rápidamente ha encontrado muchos adeptos.

En la Universidad Técnica de Múnich, Benjamin Büttner, explica que para crear ciudades más sustentables, los parques, los espacios deportivos, las salas de cine o los comercios tienen que moverse hacia donde viven las personas, y no al revés. Es decir, que hay que readaptar los espacios existentes, declarando como el principal problema el uso de los autos.

En el mundo hay varias ciudades que están yendo hacia ese concepto, o en los preparativos para ello; para lograrlo proyectan el factor de distancias para contemplar la totalidad o el desarrollo de distritos específicos.

En la París de postpandemia, se ha pensado en las escuelas como centro de cada barrio, haciendo de los patios educativos parques para que sean utilizados en otras actividades fuera del horario escolar. Se promueve el uso de la bicicleta y se reconvierten los estacionamientos vehiculares en parques o áreas de actividades infantiles.

Shanghái (China), como otras 50 ciudades de ese país, esperan concretar sus planes para convertir sus perímetros comunitarios de 15 minutos, a los que llegarían sus habitantes. En la española Barcelona se pasa al concepto de las supermanzanas, incorporando varios bloques de viviendas a la que solamente pueden acceder en vehículos sus habitantes y proveedores. Otros lugares son directamente prohibitivos para los autos, los estacionamientos convertidos en lugares de siembras vegetales.

Mientras muchos objetan la posibilidad de la ruina comercial de los espacios vetados a los autos, en Portland (EEUU), ha sucedido todo lo contrario. Igualmente recomiendan y subrayan la necesidad de establecer diálogos entre la ciudadanía, funcionarios y distintos actores sociales.

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