Es esencial el vínculo con el paciente

18/01/2024 - Iván Cuadrado es el enfermero de Ibarra. Como integrante del equipo de Atención Primaria de la Salud enfatiza la prevención de las personas, las relaciones que establece la enfermería con cada paciente. Invita a reflexionar sobre el conocimiento del cuerpo para evaluar posibles problemáticas y anticiparse a las mismas.

Iván Cuadrado es enfermero, actualmente destinado al Centro de Atención Primaria (CAPs) de Ibarra, localidad que viene consolidando su recuperación como espacio rururbano de Bolívar, y con ellos los servicios y la presencia activa del Estado.

Cuadrado tiene 28 años, estudió en la Escuela de Educación Secundaria Técnica de Bolívar, amante de la música y las amistades. Terminado su Séptimo año, con el título de Electromecánico, “como todo chico que termina la secundaria, no tenía muy en claro qué hacer. Tenía dos cosas totalmente distintas, entre estudiar Medicina o ingresar al Ejército. Ahí me chocó lo realidad, cuando me dijeron que había que estudiar cerca de ocho horas diarias, fue un golpe. Hice tres años, el primero casi de ambientación, acostumbrándome al ritmo de la ciudad, estar lejos de la familia, hacer las compras o la comida, todo eso que uno no hace de adolescente”. En la facultad sintió que se hallaba inmerso en la incomodidad, “por lo que busqué algo que tenga que ver con la salud, y así comencé enfermería en el Hospital Italiano de La Plata. Primero y segundo año lo hice bárbaro, y en tercer año nos agarró la pandemia, me tuve que volver a Bolívar. En ese período comencé a trabajar en los puestos de control que había en los ingresos a la ciudad, y así inicié el ir rindiendo materias. Entretanto inicié el trabajo en el vacunatorio local, tanto en Bolívar como en los pueblos, también haciendo tareas administrativas, y cuando cayeron enfermas las referentes del grupo, tuvimos que hacernos cargo nosotros. Fue una experiencia muy linda. Finalmente, el año pasado me recibí con mucho esfuerzo, dado que trabajaba hasta dos turnos diarios”.

Ya plantado en profesional de la salud, se autodefine en esa búsqueda como “una persona que busca darle alguna mano a los demás. Para mí es muy importante la relación con la gente, hasta no hace mucho me estuvo interesando todo lo referente a bomberos. En la medida que estudiaba y hacía las prácticas en los hospitales fui viendo una realidad que sirve para ver el lugar en el que estamos, porque ahí sí, hay gente que la está pasando mal de verdad”.

En cuanto a la devolución de la formación y la práctica profesional, dice que le “dio conocimientos en salud que nos dan cierta responsabilidad, uno tiene un plus, te van preguntando situaciones que uno no puede resolver. Eso se va descubriendo en el trayecto, es fantástico todo lo que puede ir haciendo el cuerpo humano, es una máquina perfecta, si se enferma, es más por lo que nosotros le hacemos”, y de ahí parte al análisis referente a la prevención, su fortaleza.

Cuadrado observa el vínculo entre enfermería y comunidad. “Se da un lazo mucho más cercano que con otros profesionales; en un hospital el que está siete días con el paciente es la enfermera, conoce su entorno, su familia, se hace partícipe a la familia de los cuidados y a su vez sobre el mismo paciente. Eso produce confianza y aumenta el proceso de recuperación, uno lo prepara para superar la situación, y se lo afronta de distinta manera. El enfermero tiene un rol muy importante en la educación del paciente, por ejemplo, ante un hipertenso, le vas tirando tips para que recuerde la medicación, se hidrate, no beba alcohol -que se lo reserve para un par de copas en el fin de semana-, que deje el tabaco. El cigarrillo no solamente te puede producir cáncer de pulmón, sino también en la recuperación de una herida, son múltiples factores que inciden. Que se mueva, que salga a caminar 30-40 minutos diarios, que es el tiempo que puede estar con el celular o conversando en la vereda. Otro tema que nos atraviesa hoy es el estrés, desde envenenarse mirando los noticieros de la televisión, renegando con lo que pasa y eso te genera problemas mentales y físicos. De todo esto no nos damos cuenta”.

En su formación, Cuadrado expone que la empatía es parte de la misma. “En la práctica teníamos un paciente muy quemado, después de bañarlo, me dice que ese había sido el mejor baño que había tenido. Acá es donde tenemos que hacer énfasis nosotros, que no nos queme el trabajo, darlo todo. Cuidar a ese paciente con algo simple fue muy importante para su recuperación, y con eso establecimos un vínculo personal”, a punto de tener que explicarle la situación a quienes tomaban la posta en los turnos. “Una simple charla, en un tiempito que te hacés después de las actividades de la sala, hace muy bien. Hay gente que está sola, que se han muerto en soledad. Hay situaciones que te llevan puesto”.

Respecto a su presencia en Ibarra, Cuadrado reconoce haber “elegido APS como para dar mis primeros pasos, ya conocía al equipo, son maravillosas, siempre tratando de encontrar alguna solución a cualquier inquietud. Significaba aceptar algo tranquilo y que me hacía sentir cómodo”.

Como contraparte, el profesional tiene la inquietud de satisfacer la adrenalina. “Me interesaría volver a la acción hospitalaria, me despierta mucho la emergencia, estar en la calle, eso genera una adrenalina frente a la acción”. En Atención Primaria “nunca vas a colocar una vía o una sonda, más allá de la teoría, uno necesita de la acción para que la práctica sea más llevadera, y a su vez para seguir aprendiendo, desde estabilizar una fractura al uso del desfribilador. Hay experiencias que siempre las realizan los que más saben, y tengo esas ganas de aprender. Ahora quiero hacer la licenciatura, que está más apuntada a lo que es gestión y administración, donde siempre hay cosas para mejorar”. En experiencias como en el Italiano “uno tiene que activar, trabajando organizada e inteligente no perdés tiempo, es más efectiva la acción”.

Cuando analiza la situación de espacios como el que representa, “lo fundamental es la prevención de enfermedades comunes, desde hipertensión a diabetes, donde el paciente no hace los cuidados necesarios. Si vos te venís a vivir o a trabajar a un ambiente rural, uno corre un riesgo; hay que evaluar que el estado de salud permita una lejanía a un centro de salud como el hospital. Pensemos en algo común, un paro cardíaco o infarto, nosotros estamos lejos de esa atención. Por eso es que tenemos que tener la prevención como práctica, tomarnos la presión, buena alimentación, cumplir con la medicación, realizar actividad física, ir al médico ante una anomalía, sin acudir ante la aparición de la enfermedad”.

Desde su mirada joven, naturaliza una problemática que atraviesa a la sociedad. “Siempre hablamos del tabaquismo, ¿pero qué ocurre con tu cuerpo si consumís drogas?. Habitualmente nos concentramos en las adicciones, y no en las consecuencias. Para hacerlo simple, de un problema de estrés terminás con un ACV. Es todo una cadena o abanico de consecuencias que están todas relacionadas, tenés un problema que viene de un mal trabajo, que hace que no te alcance el salario, y empezás a tener inconvenientes de salud”.

Inmerso en un poblado rural, Cuadrado sopesa eventuales situaciones que pueden suceder propias de la actividad en el campo o la planta de silos instalada en Ibarra. “Ahí uno tiene que ver y relacionar lo que uno sabe con los recursos que uno tiene, porque podés pensar en un desfibrilador, pero es un recurso que no tenemos. Si hay un accidente y se está desangrando, hoy vuelve a discutirse la efectividad del torniquete, ahí tengo que improvisar. Es por eso que necesitamos de tener un buen vínculo con el hospital, lo que implica un viaje de ida y vuelta de la ambulancia. Por eso es necesario conocer el cuerpo para saber si es posible esta vida lejos de la ciudad; mucha gente escapa del estrés y fortalece su salud mental. Para estar saludable tenés que considerar lo físico, social, psicológico y lo espiritual, es muy complicado considerarte sano, porque intervienen múltiples factores”.