El sector industrial en la mirada de Pando

El sector industrial en la mirada de Pando

20/07/2024 - El presidente del consorcio del Sector Industrial Planificado de Bolívar (SIPB) analiza parte de su propia historia para destacar mucho de lo que se ha realizado y focalizar en lo que todavía falta. Gestión, compromiso político y golpear puertas.

Gastón Pando es presidente del consorcio del Sector Industrial Planificado de Bolívar (SIPB), entidad que lleva pocos años como tal, organizándose con el objetivo de trabajar en conjunto con el Municipio a fin de promocionar, mejorar y establecer mejores estándares para las empresas radicadas en el espacio o las que siempre se han querido traer a Bolívar.

 

Los Pando son queseros, emprendedores e inquietos. Dueños Viejo Malo SRL, productora de El Holando y Don Alfonso, sus quesos se han ganado el respeto en el mercado. Hoy, Gastón, convive con sus múltiples pasiones, una de ellas es la ser dirigente sectorial.

En muchos discursos circulantes se dice que para ser un buen gestionador, hay que pasar por la actividad privada, donde se aprende a cuidar, a proyectar, a negociar y a respetar los tiempos ajenos.

Para hablar de todo, se parte de lo personal. “Nosotros estamos muy bien, vendemos muy bien”, dice sin sorpresa, sabiéndose estar donde él lo quiso. El empresario relata que hace unas dos décadas decidieron armar la fábrica en el parque industrial, “hemos decidido qué y cómo hacerlo. No ofrecemos ni el mejor ni el peor producto, nuestra mercadería compite muy bien en el primero y segundo cordón del conurbano. Hemos desarrollado un negocio muy a la antigua, como nuestro abuelo Alfonso, y nosotros seguimos trabajando de la misma manera, estableciendo un contacto personal con los clientes, los anotamos en un cuaderno de tapa dura, hablamos de dueño a dueño”.

Pando recuerda que “eso lo estamos haciendo desde el 2006, solamente trabajamos con mayoristas a quienes les ofrecemos un buen producto y nuestra logística. Ninguno de nosotros tenemos estudio, tenemos historia familiar, así que pensamos que lo más fácil para entrar era la muzzarella -aunque después nos ampliamos a queso sardo, de máquina, cremoso, postre, etc.-. Así se nos ocurrió ofrecer en la costa atlántica durante el verano por la alta demanda, y por lógica, teníamos que buscar un gran mercado para el invierno, que iba a estar en las grandes ciudades cercanas a Buenos Aires, y así nos quedamos con esas dos zonas. Al medio, vamos haciendo los demás clientes en las distintas ciudades, tanto para la costa como para CABA, y de esa manera no tenemos picos de ventas, más o menos siempre la misma producción”.

Al momento de conseguir los contactos, “me iba a Buenos Aires, estaba unos días y ahí conectaba a algunos, de cada viaje te queda alguno como cliente, así hasta que llegamos a una cantidad de kilos asegurados de venta, lo que nos permite seguir siendo PyME, disfrutar de lo que hacemos, no volvernos locos y darnos nuestros gustos. Somos una empresa familiar, nuestra meta la conseguimos en pocos años, pero todo esto sigue creciendo, hay un boca a boca que habla bien de vos, y ahí fuimos seleccionando nuestra clientela, y ya llevamos una década bien organizados”, define con la misma simpleza que usa sobre el cuatriciclo o al entonar una canción de Sabina.

 

La gestión diregencial

Desde que se formó el consorcio, el anterior presidente fue Germán Couñago. “Esto es municipal, así que los propietarios creímos conveniente armar el mismo para ayudar a dar una mano al político que esté de turno, porque ellos pasan y los problemas y necesidades quedan. Entonces se trataba de dar un apoyo en aquello que falta”.

Actualmente hay unas 18 empresas, “a los que hay que sumar seis o siete terrenos más que se han recuperado gracias al accionar del consorcio y del área de Legales del Municipio, propiedades que hoy vuelven a tener la función originaria, y ya están en proceso de desarrollo de acuerdo a los plazos reglamentarios preestablecidos”.

Al momento de observar el escenario local, Pando reconoce que “tenemos deficiencias. Cuando vos vas a otros parques, están hechos una maravilla con sus servicios e infraestructura. Hasta ahora hemos tenido fondos de Aportes No Reembolsables (ANR) para el desarrollo de parques industriales, nosotros ya estamos con el tercero de ellos. Se va liberando en la medida que se hacen obras, lo primero que estamos trabajando es en la realización de calles, empezamos con el acceso, después el cordón cuneta y finalmente el asfaltado de calles internas, por eso es que no hay que dormir”.

El consorcio no es el que maneja el dinero, “aunque el municipio nos informa, consulta y nos hace parte de la decisión en qué invertir primero. Ahora era garantizar el tránsito, luego seguirán otras calles, o las cloacas, nos faltan unas cuadras de gas natural, tampoco hay energía eléctrica en todo el sector. Ahora hemos pagado una fibra óptica como para sumar más servicios”.

Al momento de la crítica y de las elecciones, siempre surge el mismo tema, el de otorgar valor agregado a nuestra producción y traer más empresas al SIPB, pero surgen los inconvenientes. Pando reconoce que “con el gas estamos bien, hay caudal suficiente; en cuanto a energía eléctrica alcanza para una empresa chica, todavía necesitamos una extensión de la 132 que falta hacer”.

Aquellos que se interesen, “deben presentar un proyecto al Municipio, ellos lo analizan y nos lo presentan a nosotros para que le debemos el aval como fabricante, que es la esencia del espacio. Y después el Municipio vuelve a hacerse cargo con las negociaciones sobre titularización y demás trámites. Esto se hizo así porque la idea es generar e impulsar fábricas, no son espacios de depósito, logística o distribución”. Después los titulares tienen algunos “beneficios, un mejor precio en los terrenos, una exención de tasas municipales por diez años, están en un lugar adecuado, planificado, con seguridad, mantenimiento del espacio, es decir que el consorcio cobra unas expensas que son bien usadas en el interior”.

Ahora, dice, “falta vender el parque industrial, ir a fábricas grandes para tener muchas fuentes de trabajo. Para eso hay que ofrecer el 100% de los servicios; hay que contemplar que estamos en un lugar estratégico de la provincia, todavía nos falta, y falta mucho compromiso político. Los tiempos del político nunca son los del empresario”.

Al finalizar, acerca del compromiso asumido, afirma que “yo no tengo más tiempo, pero me lo hago. Me gustan las plantas, así que hice las mías y las puse en el ingreso. Se trata de persistir, yo los canso reclamando o transmitiendo lo que sucede en el consorcio. Nosotros soñamos con un parque industrial como los otros, sin ir más lejos, el de Carlos Casares, donde hubo alguien peticionando y gestionando”.

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