El Ruso es cerrajería móvil
26/04/2024 - Tomás Sraiber heredó la pasión del oficio a través de su papá, “me dejó una linda herencia”. Su proyecto tardó años en concretarse, probando otras oportunidades, terminó por definirse en su taller andante, una forma de agilizar el trabajo y acortar los tiempos de sus clientes. Lo toma con la seriedad de quien tiene que resolver un problema, una emergencia o sentirse poseedor de la llave de cada hogar.
Tomás Sraiber, desde chico, sabía qué quería ser y hacer, lo cual, no era otra cosa que seguir el camino que inició su padre. Contó que se inició en este oficio “por mi viejo, ya que él era cerrajero, desde muy joven. Siempre pasó que hubo pocos cerrajeros, situación que se da porque se va perdiendo de generación en generación; tampoco hay muchos cursos para capacitarse, algo que obedece a un tema de seguridad y, además, no hay mucho trabajo, como en otros oficios, por eso, es lógico que haya menos cerrajeros que, por ejemplo, carpinteros o electricistas”, explicó el “Rusito”.
El joven comenzó en este oficio, que es hoy su principal trabajo, desde muy pequeño. “Desde que tengo uso de razón estoy con las llaves porque mi viejo arrancó con esto a los 20 años y fui adquiriendo todo el conocimiento desde muy chico, andando atrás de él, fue lo que me dejó, una linda herencia y acá estamos, para seguir adelante con este oficio”.
Tomás hace varios años que trabaja por su cuenta. En el año 2010, egresó de la Escuela Técnica Nº 1 sabiendo que no quería seguir estudiando para dedicarse a ser cerrajero. “Mi viejo lo hacía más como un hobby porque trabajaba en el banco; pero en los últimos años, cuando ya sabía que yo me iba a dedicar a esto, le empezó a dedicar más tiempo y hacer un sacrifico grande para dejarme más clientes en un futuro. Así fue que, al terminar la secundaria, arranqué con todo con la cerrajería”.
En un principio, aunque si bien su padre comenzó con una bicicleta como vehículo para hacer los domicilios, siguió con una moto con un cajón para las herramientas atrás, “para hacer los servicios, desde destrabar una puerta hasta hacer una copia de llave. Con el tiempo, me pude comprar un autito y más adelante una camioneta, siempre con la idea de armar la cerrajería móvil, como está hoy, aunque costó y llevó un buen tiempo”.
Desde que se lanzó por su cuenta, Tomás siempre trabajó de cerrajero. En el año 2015, falleció su padre y según contó “no me hizo bien seguir estando con el oficio porque era como que todos los días lo recordaba, siempre me preguntaban por él, entonces, por cuestiones sentimentales o emocionales es como que me escapé y, luego de hablarlo con mi vieja, que se portó de diez, me dio la oportunidad de ir a estudiar con mi hermana que ya estaba en La Plata, en el 2016. Cursé ingeniería y antes de irme ya tenía la camioneta armada, la cual, me la llevé para trabajar allá, mientras estudiaba. Esto fue hasta el 2018, donde me tomé mi tiempo y me di cuenta lo que sentía por este oficio, la pasión que tenía, que realmente me gustaba y era lo que quería hacer. Dejé el estudio y encaré de lleno la actividad, volviendo a Bolívar”.
En esos años, además de estudiar en la ciudad de las diagonales, trabajó de cerrajero; pero fue más difícil. “El estar afuera es más complicado y eso me hizo ver y valorar más lo que hizo mi viejo. Él trabajó 30 años antes que yo empezara y tomé conciencia de lo que me había dejado para aprovecharlo. Allá en La Plata, había mucha gente de Bolívar que me conocían; pero cuesta mucho arrancar si no sos del lugar. Me di cuenta de eso, traté de hacer publicidad, me moví bastante y, así y todo, costaba insertarse. Siempre tuve la ayuda de mi vieja con el lugar, la comida y todo lo necesario, que, si no hubiera trabajo, podía estar, pero tenía que depender de alguien más para los gastos de la vida diaria. Pero toda esa experiencia de esos años me hizo ver todo lo que tenía acá y lo valoré mucho más, por lo que fue una experiencia positiva al poder ver las cosas de otra forma”, relató.
Desde hace unos años, Tomás armó en su camioneta un taller móvil para ganar en rapidez y eficacia a la hora de realizar los trabajos, ya que tener todo a disposición en el lugar, le permite realizar los trabajos en el momento. “Desde que andaba en la moto, que antes la usaba mi viejo, me comía la cabeza el hecho como agilizar el trabajo porque está bueno que el cliente no se mueva de su casa. La camioneta Kangoo la compramos con mi viejo, en el 2014, aunque no llegó a verla armada; pero sabía de mi idea, que pude concretar a fines del año 2015. El objetivo mío era poder armar un taller móvil porque si bien estaba la idea de montar una cerrajería, necesitas más personal para que uno se quedé y otro haga domicilios. De esta forma, solucioné esa situación y, además, se gana en tiempo, por ejemplo, un trabajo entre ir y volver, te lleva una hora y de esta forma, lo resolvés en mucho menor tiempo”.
El oficio de cerrajero es muy particular, muy distinto a otros y según el “Rusito” es algo que “da muchas satisfacciones, para mi es una pasión y, por eso, me cuesta definirlo. Es distinto a ir a pintar una casa que puede quedar hermosa, pero en este oficio, te llaman para solucionar algo. Ha pasado de quedar gente encerrada o afuera de su casa y ahí esta mi satisfacción de poder ayudarlos. Sobre el tema, agregó que lo que tiene también de particular este oficio “es la confianza de una persona en darte la llave de su casa, por eso, el valor que le doy al cliente es total”.
“El Rusito” se dedica más que nada a cerraduras de casas; pero consultado sobre si es más difícil una situación en una puerta de una vivienda o de un vehículo, respondió que “hay situaciones que son más complicadas que otras, más que nada cuando hay alguien encerrado, donde más allá de la apertura en sí, lo que juega un poco en contra es la ansiedad o el tiempo, porque uno lo que quiere es destrabar la situación. En vehículos hago alguna reparación de llaves o apertura, me dedico más que nada a cerrajería de hogar”, explicó.
Sobre situaciones de encierro por no poder abrir una puerta, Tomás contó que tuvo muchas de esas escenas. “Suelen pasar, no es algo de todos los días; pero pasa, por ejemplo, gente que se queda atrapada en un baño, niños encerrados en un auto y otras situaciones semejantes”.
Toda la formación como cerrajero, el “Rusito” la adquirió de ver y ayudar a su padre. “Hice un par de cursos para especializarme en ciertas cosas, es difícil conseguir capacitaciones, pero he logrado contactar con gente y colegas de otras ciudades, donde he aprendido otras cosas”.
Si bien todo evolucionó, en lo que respecta a las cerraduras de las casas es como que todavía la actualización no llegó por completo. “Sigue siendo bastante tradicional y no ha avanzado tanto como lo que es autos y demás. Igualmente, ya se ven, y en la ciudad he colocado varias cerraduras digitales que se abren con huella, tarjeta, teclado táctil o también, las magnéticas con los llaveros de aproximación. Han cambiado los sistemas de cerraduras; pero sigue siendo algo mecánico, es como que le está llevando más tiempo avanzar y evolucionar hacia otra dirección”.
Cerrajería “El Rusito” trabaja todos los días, en horario corrido de 8 a 16 horas, y lo que son urgencias, de lunes a lunes sin horario, “donde trato de estar con la disponibilidad necesaria para solucionar el inconveniente a quien se le presenta”.
Contacto: 2314 – 15463422