El camino que une el pasado con el horizonte
20/03/2023 - Santos Vega viviendo en “modo archivo” sabe de dónde viene y hacia dónde va. “No hay peor cosa que no saber de dónde viene uno”. En la búsqueda de otros orígenes a su propia inquietud, su historia personal. Planea un libro junto a su sobrina.
Por Melina Gómez
Próximo a cumplir siete años como coordinador del Archivo Histórico Municipal, Santos Vega inició hace un tiempo un trabajo de investigación autobiográfico. Su historia familiar será plasmada en un libro que abordará en la escritura junto a su sobrina.
“Desde chico, cuando me aburre algo sistemático tiendo a buscar otras cosas y si no puedo, he llegado a hacer diez cosas a la vez. Soy muy inquieto”, se define Santos. Desde que ingresó a trabajar en el Archivo acentuó el interés por la historia del Partido de Bolívar y, también, su propia historia, sus orígenes.
Su madre era oriunda de Olavarría y su padre, de Villa Iris, partido de Puan, el límite con La Pampa. “Mi papá llegó a Bolívar siendo ferroviario en el año 55, en el 57 nací yo y luego mis dos hermanos, Horacio y María Alejandra”, cuenta. Vega le da una concordancia a su tarea diaria de investigación constante y asegura que vive las 24 horas del día en “modo archivo” por la atracción que tiene por saber sobre la historia.
Además, afirma que continuamente encuentra datos y “creo que es porque estoy con el cuerpo y el alma atento a lo que pasa. Me interesa mucho escuchar a las personas, lo que cuentan, y me comprometo sobre todo si tiene que ver con Bolívar”. Esto agiliza la investigación y “es como vivir caminando en un terreno donde no se sabe qué se puede encontrar. Veo un horizonte pero es tan lejano que no sé cómo es el camino”.
En ese trayecto surgen historias con las que asume un compromiso afectivo y corporal. “Sufro muchísimo cuando no encuentro respuestas para la gente que viene a peguntar porque me pongo en el lugar y sufro cuando no encuentro respuestas para mi propio origen”, reconoce.
La realidad le demuestra día a día que no aprende si no pregunta. Muchas veces no se conforma con tener un dato, necesita trasladarse al lugar donde sucedieron los hechos para “tener una especie de lacre que selle esa historia y pueda sentir lo que sintieron mis antepasados”.
En ese sentido, asegura que “nadie puede querer lo que no conoce. Los hechos llegan al sentimiento cuando se conoce a la otra persona y esa es la conexión que hago con estar presente en el lugar donde sucedieron los hechos. Yo necesito estar ahí porque conocer es querer y conocer abre más el corazón a querer las cosas que a odiarlas, si viéramos la historia desde ese punto, sería bastante distinta”.
En este tiempo de trabajo recorrió varios lugares, provincias, hasta cruzó los límites de Argentina. Al referirse a lo que le falta, menciona el recorrido Del Valle de la zona de Neuquén y Río Negro. Allí es donde comienza la historia por parte de su padre. “No hay mucha información, desgraciadamente de los Pueblos Originarios cuesta bastante investigar, pero si uno se queda sin objetivos, se muere. Lo peor que puede haber para una persona es dejar de tener sueños y cuanto más irrealizables son, mejor, porque así se amplía el horizonte”.
Santos asegura que la última dictadura cívico-militar que sufrió Argentina fue “un click” que hizo comenzar su búsqueda. Si bien hasta el momento no tiene familiares que hayan desaparecido en esa época, “es algo que caló muy hondo en mí y en todo caso están los desaparecidos de la memoria de mis familiares. Las familias a veces obran como desaparecedores compulsivos de ciertos miembros que niegan, ocultan”, sostiene.
En su investigación le faltan datos certeros de su ascendencia que es italiana y española por parte de madre y chilena y mapuche desde lo paterno. Su interés es dejar en claro de dónde proviene para sí mismo y para las generaciones que lo precedan. “Será responsabilidad de ellos cubrir hacia la eternidad el propio árbol. No hay peor cosa que no saber de dónde viene uno, la incertidumbre de saber el origen y el por qué, aunque sea el más cruel”, destaca.
El hombre reafirma que su trabajo personal y en el Archivo “me completa y me hace muy feliz”. Reconoce que no es fácil hacer lo que a uno le gusta, recibir un sueldo por eso y “es muy interesante lograr ese estado. Sobre todo cuando estoy a punto de jubilarme”.
Vega anticipa que su trabajo de investigación será plasmado en un libro. Lo escribirá en conjunto con su sobrina Jose, que es periodista y vive en España. Sobre la metodología, anuncia que “el compromiso que tengo es escribir este libro de historia familiar basado en las mujeres que tuvieron que ver con mi vida. Soy de la idea que necesito reivindicar la figura femenina y estoy convencido que todas mis faltas provienen de las angustias que pasaron las mujeres de la familia. Voy a poner los nombres de los varones que somos los que supuestamente marcamos la historia, pero estoy convencido de que fueron ellas”.
Santos reconoce que aún le falta encontrar “el tono femenino para escribir este libro” que será autobiográfico desde un punto de vista particular. “He plantado árboles, he tenido hijos, tengo nietos, pero nunca he escrito un libro. Me animo porque tengo una sobrina periodista, yo le puedo aportar datos y las vivencias de mis palabras que son las de mi corazón, ella va a saber transcribir. Ése es el objetivo dentro de un montón de otros”, termina.