El arte como norte, el fueguito que hace que todo tenga sentido

El arte como norte, el fueguito que hace que todo tenga sentido

10/02/2023 - Maro González, músico y actor bolivarense. Comenzó estudiando ingeniería química, por lo que “algo de la invención y la creación siempre me interesó”. En febrero presenta “Potriyo, Once upon a time in Bolívar” es “una experiencia teatral, audiovisual y turística”

Por Melina Gómez

Maro González usa ese nombre que surgió desde una búsqueda artística, con la música, y es una construcción de todo lo que es desde su infancia. Se define como un ser humano que hace diez años era estudiante de ingeniería química, hace cinco estudió actuación y ahora su oficio es artista. Integra la música y el teatro. “Eventualmente empezaré a dirigir obras y filmaré videos”, anuncia.

Convive con el arte desde su infancia, afirma que siempre estuvo eso de contar cosas y hacer reír. Tuvo la inquietud de expresarse, transmitir a otro y que pueda identificarse. Luego se formó e hizo consiente las herramientas que tenía.

“Hay algo que recuerdo de chico que es inventar, cuando arranqué ingeniería química flashé que era inventar cosas. Algo de la invención y la creación siempre me interesó”, cuenta.

Formó su primera banda de música con amigos a los 13 años, por esa época también llegaron sus primeras composiciones. En la actualidad se presenta como solista e integra Chico láser, una agrupación de cinco integrantes.

A su vez, forma parte de la ONG Alegría intensiva. En su rol de clown recorre hospitales de Buenos Aires hace siete años. “El payaso es un arquetipo que juega y con el juego se siente bastante invencible. Como payaso integro todo y es un lugar de libertad para mí, pero después aparece un ser humano con curiosidades como dirigir teatro, filmar y proyectos personales”, refiere.

A través de la creación busca distintas maneras de expresarse. “El teatro en un momento fue una necesidad de encontrarme con el núcleo del ego que para mí está en la infancia. En pandemia vine a Bolívar, filmé muchas cosas, empecé a jugar con mi identidad y junté material que traté de condensar en una obra que llamé “Potriyo”. Ahí está El caballito blanco, mi papá, mi mamá, mi familia, Bolívar”.

Potriyo, Once upon a time in Bolívar” es “una experiencia teatral, audiovisual y turística”, según define Maro. La puesta cuenta con videos que se mezclan con el teatro y el turismo se incluye desde una particular iniciativa del creador. “La idea de la obra es llevar de viaje a Bolívar a la gente que la ve. Las comidas y toda la cultura está impregnada en mi experiencia de todo lo que me genera Bolívar”, explica.

Es el segundo unipersonal que escribió, dirige y actúa Maro. Tuvo su estreno en Buenos Aires, donde reside hace varios años, y la presentará por primera vez en su ciudad natal, precisamente en la biblioteca Rivadavia, el 10 de febrero a las 21 horas. Anteriormente, en 2017, debutó como guionista, director y actor con “El despertar del galgo” que estrenó en Bolívar y tuvo funciones en Capital Federal y en Mar del Plata.

El actor reconoce que el arte le dio una gran posibilidad de ser un montón de otras personas, “en el teatro muchos personajes, en la música una especie de imagen de mí mismo y el emprender tiene la esencia de querer ser algo más de lo que se construyó”, menciona.

En sus inicios actuó en cinco obras en un mismo año. Para hacer “El despertar del galgo” hubo atrás diez obras de teatro en las que participó. “Haber hecho en simultáneo teatro en espacios abiertos, teatro callejero, y en calle Corrientes, me dio como actor mucha experiencia. Hacer teatro en calle Corrientes me dio una legitimación que agradezco, pero terminaba viviendo de hacer animaciones para empresas, eventos y era muy feliz haciendo teatro en la calle”, cuenta.

En su carrera como músico, Maro cuenta con el disco “Barroco”, un EP y un simple que grabó con Chico láser. Además, como solista editó “Inside Meu Paradiso” en 2018, “Manantial” en 2020 y los simples “Devenir” e “Ibixa” que formarán parte de su tercer trabajo discográfico que presentará este año. Todo se puede escuchar en la plataforma virtual Spotify y también tiene material audiovisual en YouTube.

Al hablar de la composición de canciones, el músico define que “es una esfera que podés entrar por infinitos puntos”. Así, tiene canciones que nacieron de una frase que escuchó en la calle, por ejemplo, y las de su último disco nacieron de un momento lúdico. “Trato que la palabra y la música compartan el sentimiento que transmite”, reconoce sobre su trabajo de componer en el que, en la actualidad, prioriza la simpleza.

Ante cada nueva creación, el artista piensa en presentarla en Capital, Bolívar y Mar del Plata. En las tres ciudades encuentra motivos para volver y también le permiten experimentar distintas cosas. “Al fin y al cabo es eso la vida, experimentar, aprender, vincularse, conocer personas y dar lo que uno tiene para dar. En cada obra que muestro trato de mostrar mi esencia y transmitir algo que haga inspirar y vibrar”, dice.

El norte en su vida laboral está trazado por el goce, el disfrute. Le presta atención a las ganas y a la inspiración. “Después trato de traerlo a tierra y no hacer cosas por la plata o por tener que vivir, aunque se vuelve una necesidad y una realidad. Cada vez trato de unir el disfrute y las ganas porque va a ser el fueguito que haga que todo tenga más sentido”,  indica.

A su vez, tiene en cuenta el reconocimiento propio y, más allá de lo económico, busca conmoverse desde lo espiritual. “Cuando algo llega a la gente es hermoso y cuando la gente puede valorar algo, es genial. Pero es muy necesaria la valoración personal y las ganas de estar disfrutándolo. El hecho de trabajar para tener una estabilidad económica y que sea solo eso, se me vuelve gris”, termina.

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