Cerebro: fin de año, balances y lectura para acompañar el descanso
17/01/2023 - Las famosas evaluaciones, reuniones, cierres de agenda, fines de ciclo pueden despertar emociones desencontradas en nuestra mente. Pero también llega el momento del descanso, donde la lectura correcta puede ayudar a la mejora cognitiva.
Los fines de año pueden despertarnos emociones encontradas, a la vez que nos corren las presiones por la percepción de los fines de un ciclo. El denominado síndrome de fin de año juega en la mente al evaluar si lo negativo ha superado a lo positivo, donde los problemas que hemos vivido durante los 365 días puedan generar una auto culpabilización por su irresolución.
En el proceso entran en conjunción estados de tristeza, insatisfacción y la presión por sentirse feliz. El psicólogo Saulo Velasco define a ese síndrome en situaciones donde “son frecuentes los episodios de ansiedad y depresión, con muchos miedos y posibles decepciones".
Agrega el docente de School of Life que “aunque realmente no se produzcan cambios biológicos o sociales de importancia, la ocasión es un gran hito que provoca reflexiones sobre lo que pasó, lo que dejó de pasar, las promesas cumplidas o no, las pérdidas y las ganancias". Añade que “nuestro cerebro hace un gran balance de lo vivido en los últimos 365 días, lo que nos puede producir felicidad o tristeza en función de lo sucedido".
Y llegan las vacaciones, o los momentos en que las personas se ponen en un modo de mayor relajación, pueden bajar un cambio para darse más tiempo para sí. También pueden ser un escenario de estrés, por el dinero a gastar, las posibilidades de tomarlas o no, por las obligaciones que se asumen al momento de descansar.
Asimismo, en muchas personas es el momento dedicado a leer por placer. La lectura se asocia a la relajación, el tiempo libre, la adquisición de nuevos conocimientos, ampliar nuestro vocabulario, dejarse llevar por la imaginación o reflexionar acerca de temas de interés o aquellos que estamos incorporando en la lectura.
Nuestro cerebro también debe estar sano, y hay que mantenerlo en forma. La lectura es uno de los mejores ejercicios, y beneficia nuestra salud. ¿Pero cuánta lectura debemos insumir? La Universidad de Sussex lo ha calculado: con seis minutos de lectura diaria podemos reducir el estrés en un 60%, además de ralentizar el ritmo cardíaco, disminuir la tensión muscular y levantar el ánimo.
No importa demasiado el libro que leemos, sino el efecto que produce en mente al entrar en un “estado Alfa”, un estado en el que se van las preocupaciones para que el cerebro se concentre en una zona de descanso y relajación.
El estudio de la universidad británica evidenció los beneficios en números, establece que leer es un 30% más efectivo que caminar, un 68% mejor que escuchar música y un 100% mejor que hacer una pausa para tomarnos un café.
Del otro lado del océano, en la Universidad Emory, en Atlanta, se encontró que la lectura de novelas está asociada con la conectividad cerebral tanto a corto como a largo plazo. Mientras que otro estudio mostró que aquellos que se dedican a actividades estimulantes mentalmente, como la lectura, el deterioro cognitivo es más lento a medida que pasa el tiempo. Además, los especialistas llegaron a la conclusión de que aprender cosas nuevas puede mejorar la función de la memoria en la edad adulta.