Bruno, cortando calidad
24/09/2024 - El carnicero de la Calfucurá comenzó su oficio como aprendiz al final de su infancia. Al tiempo tenía su propia carnicería, y hace 36 años está en el mismo lugar ofreciendo carnes con los que apuesta a marcar la diferencia. “Me ha ido bien”, dice orgulloso de su trayectoria.
Feliciano Roberto Bruno dijo que “lleva una vida con el oficio de carnicero”. Su historia se remonta a sus 12 años cuando comenzó a trabajar en la carnicería del Mercado Municipal, luego, en otro local que tenía la firma Leonetti y también, en lo de “Pepe” Arredondo. “Empecé como empleado en esos lugares y a los 22 años me lancé por mi cuenta, en sociedad con otro señor, donde era el Supermercado Ardanaz, en avenida 25 de mayo y calle Pellegrini. Ahí estuvimos 6 años y luego, de 1988 hasta la actualidad, en la carnicería que está frente a la terminal de micros, sobre avenida Calfucurá. El día 8, del mes 8, del año 1988 abría sus puertas en su lugar actual, fecha de la que ya han pasado 36 años”, definió el comerciante.
Bruno, contó que arrancó de pequeño a buscar trabajo, porque en la época era algo muy común. “Había terminado la escuela primera, luego iba al colegio Cervantes de noche para hacer los estudios secundarios que no terminé y empecé a trabajar en ese momento”.
Al principio, cumplía la función de empleado, haciendo lo básico y tareas menores, como limpieza, acomodar mercadería, repositor, hasta ir empezando a trabajar más de lleno como carnicero.
Feliciano siempre se dedicó a la carnicería. Fue su primer trabajo y lo que aprendió a hacer. “Me inserté en el mundo laboral desde muy pequeño con ese oficio, que lo aprendí y después, me surgieron trabajos sobre eso mismo y los iba tomando. Tampoco, en todos estos años se me dio por cambiar de actividad, estoy conforme con lo hecho, tengo 67 años y como decía llevo una vida en esto”.
Trazando una retrospectiva, luego de tantos años de trabajo, Bruno la calificó de “buena, porque logré tener mi carnicería propia cuando antes no tenía nada. Me ha ido bien, tengo mi casa, mi auto, una familia formada que es lo más importante y puedo vivir de esto”.
En 36 años de trabajo, pasó mucha agua bajo el puente, con buenas y malas; pero la idea siempre fue sostenerse. “Hubo tiempos complicados, como cuando Alfonsín dejó su gobierno, ahí fue muy duro. Otro momento bravo, fue en el año 2008, con los paros por el tema de Ley 125. Luego, viví otros períodos de buenas y malas o con altibajos; pero seguimos en la pelea”, recordó el carnicero.
Dos cosas centrales a tener en cuenta para perdurar tantos años son la calidad de lo que se vende y la atención. “Siempre apunté a vender carne de calidad, que ayuda a tener una clientela y a hacerse conocido, creo que son las claves más importantes”.
Sobre los clientes, que a esta altura ya son amigos de la casa, “hay algunos que son de toda la vida, desde que me inicié con quienes te haces muy amigo. Muchos me siguen en todos estos años, con quienes inclusive vamos a pescar o ver fútbol, por eso, son doblemente amigos: como clientes y como amigos. También, se da que muchos se han ido sumando con los años y otros, que ya son generaciones, que vienen a comprar solos, cuando en su momento lo hacían con su padre o abuelo”.
Muchas veces el cliente funciona como un termómetro que sirve para ver si se estás en el camino correcto. “Si se va conforme, vuelve o hace circular en famoso boca en boca, nos hace la publicidad y eso está bueno. A veces, nos pasa que tenemos mucha cantidad de pedidos de asado, vacío o tapa para el fin de semana y, quizás, no alcanza; pero tratamos de cumplir con todos y con carne de calidad”, sostuvo. El que sabe puede darse cuenta si la carne es buena o no, sólo es cuestión de “detectar que tenga buena grasa, gordura y que no le falta estado”, avisó.
Bruno trabaja junto a dos empleados que son Yona y Manuel, que hoy tiene un reemplazo porque sufrió un corte y tiene una recuperación de un mes. “Este es mi equipo de trabajo: nosotros hacemos la atención, producción y reparto”.
La carnicería tradicional de antaño sólo vendía carne; pero después se le fueron agregando otros productos. “Primero se sumó el pollo, después se lo empezó a trozar; se le agregó la carne de cerdo; chacinados siempre vendimos; pero ahora la diferencia es que los chorizos parrilleros lo hacemos nosotros, no así los chacinados secos. También, sumé productos de primera necesidad como aceite, mermelada, azúcar, yerba, condimentos, que son productos que salen a diario y siempre, tratando de no complicarme mucho y tener la atención puesta en la carnicería que es nuestro fuerte”.
Hace poco, carnicería Bruno también sumó un freezer con productos congelados como medallones, patitas, pastas, entre otros. “Siempre es una buena opción poder ofrecer algo más a los clientes”, resaltó.
La carnicería, también cuenta con el servicio de envío a domicilio, “aunque ahora se nota una baja en los pedidos; pero contamos con esa posibilidad, sobre todo, para los clientes más antiguos que siempre nos acompañan o para gente mayor que no pueden venir hasta acá”.
Consultado sobre si nota cambios sobre la carnicería de hace 30 años a la actual, Bruno respondió que “ha cambiado muchísimo, por ejemplo, antes no se vendían tantas milanesas o hamburguesas. Se vendía mucha carne en trozos, hoy se vende todo cortado”.
Sobre el consumo de antes, comparado con el de la actualidad, consideró que “quizás, se consumía más porque no había tanta variedad de otros productos o alimentos. Hoy, hay más presencia de productos suplementarios a la carne, que hace que se venda menos y, por eso, tratamos de agrandar la oferta para ofrecer más variedad o tratar de buscar el equilibrio”.
Contacto: Calfucura 35