Ambiente, nuestro poder

Ambiente, nuestro poder

17/01/2023 - Simplemente no queremos ver lo que está a la vista de todos.

Los problemas medioambientales se evidenciaron pública y oficialmente desde la Cumbre de Estocolmo (1972). A pesar de un conocimiento más veraz y de las muestras científicas abrumadoras, seguimos discutiendo lo mismo. Vemos como sorprendidos las sequías que pasan en nuestros campos, las inundaciones y sequías, incendios forestales, los fríos y calores extremos. Simplemente no queremos ver lo que está a la vista de todos.

Los expertos de la ONU advierten que una triple crisis del cambio climático, la pérdida de recursos naturales y biodiversidad, y la contaminación y desechos amenazan con socavar toda vida en el planeta.

El informe de 2022 del Panel Intergubernamental de la ONU suma a las amenazas actuales lo que podemos hacer para limitar los aumentos de temperatura y los peligros que ello deriva en el planeta. Las emisiones de gases de efecto invernadero siguen aumentando, y los países que más emiten no adecúan los planes para limitar el calentamiento (1,5 °C) a valores preindustriales.

En Argentina hay evidencias irrefutables. Una es la sequía que afecta al territorio, visibilizado en las pérdidas agrícolas y la bajante del Río Paraná. Esto puede acarrear efectos dramáticos en la producción de alimentos y la economía nacional.

Como solución a la problemática se plantea la generación y utilización de energía renovable, junto al uso más eficiente de la energía actual -evidentemente en crisis a lo largo de todo el sistema- y del agua, frenar la tala de bosques -a la vista está el incumplimiento de la ley-, promover la forestación, generar una producción limpia, una economía circular y un consumo responsable desde el punto de vista de la sustentabilidad ambiental.

La irrigación de suelos emerge como una solución. Hay distintos países (Israel hace décadas se ha destacado como tal), o actividades nacionales que son ejemplos a seguir (producción de papa o los valles de Mendoza y río Negro). Como también problemáticas que han surgido, tales como el mal manejo de las aguas, tales como los drenajes con canales clandestinos, la eliminación de lagunas interiores y humedales. Otro caso que llevó medio siglo de resolución son las aguas del Atuel entre las provincias de La Pampa y Mendoza.

Una de las propuestas incluidas por el gobierno argentino es “hacer canales y acueductos para riego desde las grandes cuencas hídricas hacia el resto del país con déficit de humedad, bombear desde las napas acuíferas existentes para hacer riego por goteo, reutilizar aguas residuales, construir repositorios de aguas o desvíos de excedentes para cuando se presenta exceso en algunas cuencas”. Pero paralelamente, surge la falta de coordinación entre distintas áreas intergubernamentales, nacionales, provinciales y distritales, desperdiciando planes ya existentes, fondos económicos, acceso a créditos internacionales, quedando en la misma parálisis que obliga a ver una realidad negativa por los portales de noticias.

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